Desde hace un tiempo la cuestión del emprendimiento ha surgido con una importancia capital. Emprender con las mayores garantías de éxito y sobre todo enfocar nuestros esfuerzos en la buena dirección. Emprender ya no es un proceso largo y tedioso lleno de dificultades sino que se encuadra dentro de una metodología que permite dar los pasos adecuados, enfocar los esfuerzos y recursos en la buena dirección y saber cuando debemos dar un giro si las cosas no van bien.
En este contexto del máximo aprovechamiento de los recursos la filosofía LEAN se muestra como una opción vital a la hora de elegir la gestión de nuestra nueva empresa.
LEAN propone canalizar adecuadamente el flujo de valor, reducir los despilfarros y enfocar nuestros procesos de cara al cliente. Precisamente este último punto es sobre el que incide de manera más acusada LEAN Startup. Podemos ser capaces de enfocar el desarrollo de nuestro producto de cara al cliente desde el inicio, obtener la retro – alimentación adecuada y variar el proceso de diseño en función de esas métricas.
LEAN Startup pronone planificar adecuadamente en la fase de emprendimiento y hace máximo el concepto JIDOKA: “Cuanto antes sea capaz de resolver los problemas menos recursos necesitaré para resolverlos”
Todo esto está muy bien pero ¿Cómo puedo ser capaz de aplicarlo en mi caso? Bien, estás de suerte ya que toda esta metodología puede ser enseñada y podemos ser capaces de sacar el emprendedor que llevamos dentro. Es una buena noticia dada la coyuntura actual donde se necesitan buenas ideas que parten de la creatividad individual o colectiva, recursos suficientes para llevarlas a cabo y un proceso que me guíe en la consecución de mi negocio.
Citando a Eric Ries:
“Startup success can be engineered by following the process, which means it can be learned, which means it can be taught.” (http://theleanstartup.com/)